Uno de los eventos climáticos más preocupantes que se han presentado con más frecuencia durante estos últimos años, son las olas de calor, las cuales se caracterizan por la presencia de temperaturas elevadas que persisten durante varios días en un espacio geográfico definido. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Mundial de Meteorología (OMM), aún no existe una definición específica y precisa para el fenómeno «ola de calor».No obstante, podemos entenderla como un periodo de tiempo amplio que resulta extremadamente caluroso, seco o húmedo, el cual puede comenzar de día o de noche y termina de manera abrupta, y que puede durar alrededor de dos o tres días consecutivos como mínimo. Una ola de calor no solo abarca el aumento de temperaturas, sino que además trae consigo una serie de problemas y consecuencias relacionados con la salud y la economía de la sociedad, así como daños en el ecosistema. Las causas de estos fenómenos no son sorpresa ni mera coincidencia, pues el cambio climático ha contribuido a la intensificación y regularidad de las olas de calor alrededor de todo el mundo. También se pueden considerar algunas otras causas como:
- Variaciones naturales: El aumento de radiación solar debido a la ausencia de nubosidad, ingreso de aire caliente o húmedo, la falta de vientos, entre otros factores, pueden ser también causantes de una ola de calor.
- Urbanización: La urbanización y el cambio del uso del suelo pueden provocar el aumento de la temperatura en las ciudades, generando las llamadas «islas de calor» en las que las construcciones hechas a base de asfalto acumulan grandes cantidades de calor durante el día, provocando la intensificación de la temperatura.
- Cambio en los patrones de uso de suelo: Un cambio en los patrones del uso de la tierra, como son la deforestación, desertificación y la transformación entera de ecosistemas naturales en tierras de cultivo o ganado, pueden ayudar a la formación de olas de calor al alterar los patrones de reflectividad y absorción de la superficie terrestre.
Consecuencias durante la presencia de una ola de calor:
- Mayor mortalidad en grupos de riesgo: Los niños, personas mayores y aquellos con alguna patología de riesgo, estarán más vulnerables ante la presencia de estos individuos, lo que podría aumentar la tasa mundial de muertes.
- Disminución de la capacidad laboral: Los riegos laborales que se pueden presentar durante este fenómeno van desde la deshidratación y agotamiento por calor, hasta desmayos, paro cardíaco y accidentes laborales, especialmente para aquellas personas que trabajan al aire libre.
- Disminución de la productividad agropecuaria: Estas olas no solo causan efectos sobre las personas, de igual manera afectan a los animales quienes también pueden sufrir daños por insolaciones y deshidratación, y las plantas y los suelos, los cuales pueden tener cambios negativos significativos, provocando malas cosechas.
- Colapso energético: Usar los aparatos electrónicos durante periodos de tiempos demasiado largos, puede contribuir al aumento de las temperaturas y a la demanda energética, afectando también nuestra economía.
- Riesgos de incendios forestales: Un calor extremo puede provocar sequía, lo que contribuye al aumento de la temperatura de los suelos y aumentar el riesgo de los incendios.
- Riesgos en la biodiversidad: Las altas temperaturas pueden afectar la supervivencia y aumentar la tasa de mortalidad de plantas y animales.
Como puedes ver, las olas de calor son un fenómeno importante que no debemos dejar pasar por alto, ya que afecta de manera significativa a la humanidad, aquí te dejamos algunas recomendaciones de lo que puedes hacer cuando se presente este suceso:
- Evitar exponerse durante mucho tiempo al sol, especialmente en horas críticas (de las 10 a las 16 hrs). Se recomienda que al salir siempre se utilice gorra/sombrero y protector solar para evitar daños en la salud producidos por los rayos UV que emite el sol.
- Beber agua frecuentemente, aunque no se sienta con demasiada sed.
- Evite consumir demasiadas bebidas con cafeína o azúcar.
- Aumentar el consumo de frutas y comidas saludables y frescas, evitando el exceso de alimentos pesados y abundantes.
- Mantenerse cerca de espacios ventilados o con aire acondicionado mientras esté a su alcance.
- Prestar atención a los signos de alerta que envía su cuerpo, sed intensa, boca y piel seca, amento de temperatura desde los 39°C, sudor excesivo, sofocación, agotamiento, mareos, dolor de estómago, dolor de cabeza, entre otros síntomas.
Ola de calor: cómo estar fresco y a salvo – The New York Times (nytimes.com)